viernes, julio 18, 2003

Colaboración de Norma Ferrari

Como permitimos que nos traten, nos tratan.
"Como te ven te tratan“ era uno de los refranes preferidos de mi abuela, cuya educación se basaba fundamentalmente en sentencias y refranes, eran tiempos muy diferentes, no se contestaba a las preguntas de los hijos con largas explicaciones de por qué hacer esto o aquello, o de por qué esto está bien o no, sino que para cada pregunta se tenía un refrán aparente a disposición.

Pero no es mi intención hacer una perorata sobre las diferencias en la forma de educar de nuestros abuelos y la nuestra. En realidad me debería estar duchando, pero la única forma de canalizar mi indignación, tal vez de manera algo constructiva, es escribiendo estas líneas.

Tengo que anticipar que he vivido más de 20 años en Alemania, y me fui de 21, por lo cual muchas de las cosas a las que están acostumbrados aquí, a mí me indignan y no estoy dispuesta a aceptar.

Resulta que tengo una agencia de aupair, mando chicas al extranjero, Alemania, Francia, Austria. Van por 12 meses, son acogidas por una familia e integradas a la vida familiar, reciben una propina y los seguros necesarios, a cambio de esto, la chica debe cuidar niños y ayudar en las tareas simples de la casa. Es un programa para facilitar a las chicas extranjeras el perfeccionamiento del idioma, el conocimiento de otra cultura y una estadía que de otro modo nunca estaría al alcance de su economía.

Una agencia me contactó porque tiene familias en Bélgica y Holanda, y están buscando chicas interesadas. Encantada yo de ampliar mi programa a otros países, llamé a las respectivas embajadas. Y el resultado de estas llamadas es la razón de estas líneas.

La Embajada de Holanda, primero el automático de rigor, „gracias por llamar a la Embajada de Holanda, si conoce el número de anexo, marque el 1, de lo contrario en breve lo atenderá la operadora..“., después la musiquita y a esperar, la primera vez al contestar por fin la operadora, yo quise explicarle mi inquietud, pero se cortó la comunicación. A llamar otra vez..., esta vez no fue menos decepcionante aunque no se cortara la comunicación.

Yo: „Quisiera información sobre la posibilidad de obtener una visa para ir como aupair a Holanda“. Respuesta: „Tiene contrato?“ yo: „No, quiero saber si es posible, si existe una visa para esto y cuáles son los requisitos.“ Respuesta: „Tiene que venir personalmente.“ yo: „Pero, solamente quiero saber....“. Respuesta, tajante: „Tiene que venir personalmente entre las tantos y tantos de la manana...“, yo: „es increíble, es INCREIBLE!!“

No, no es la primera vez que me pasa, y no solamente con embajadas.... Tal parece que esta forma de trato es considerada natural.

Con la Embajada de Bélgica, parecido, insisto, „depende del contrato“ dice el de la embajada, y esto ya es un paso al diálogo que no fue posible con la de Holanda, yo „es un contrato de aupair, todos los contratos de aupair son parecidos“, respuesta embajada „por eso le digo, depende del contrato....“, (cada vez me angustia más este tipo de diálogo al teléfono, en las que hablo con la espada de Damocles encima, pues en cualquier momento me dice, depende del contrato, así que venga de tal hora a tal hora, y hasta luego y peng, se acabó y no me deja decir nada más), desesperada le digo, „ por favor, escúcheme, no todas las personas interesadas viven en Lima!“, a tanta insistencia entonces me ofrece de manera muy rápida y cortante que mande mi pedido por fax, y por fin acepta que lo mande por mail. Por qué?, por qué no me lo ofreció desde el principio? Qué se cree esta gente que somos? Una persona de provincia tiene que venir, pagar pasaje, hospedaje, hacer colas, a ver si recibe la información de si es posible o no?

Debo mencionar que al teléfono, aunque me presente con todas las formalidades del caso, no me toman por una „señora“ que se va para los 50, sino por una „chica“ o una „señorita“ como dicen aquí, por lo cual, imagino, cambia el trato, es decir: „como te oyen, te tratan“....

Ya anteriormente me ha pasado también con la Embajada de Francia, aunque aquí ha dependido del día. He llamado muchas veces, dos veces me cortaron de parecido modo, con un tajante „tiene que venir personalmente“, otras logré imponerme, y así, poco a poco, logré obtener toda la información que necesitaba, por teléfono. Tengo una chica de Chiclayo que irá pronto a Francia, quise sacar una cita, pues la chica viene desde Chiclayo, no sea que venga y tenga que quedarse aquí esperando eternamente..., pero la respuesta es „no, no se atiende con cita“, aunque venga de la Cochinchina, „Tiene que venir simplemente a la embajada, pero que venga temprano“, me dice la senora, o senorita?, le pregunto: “cuán temprano, a qué hora abren?“, „comenzamos a atender a las 9, pero tiene que venir más temprano porque solamente atendemos a 30, y hacen cola“...., yo: „bueno, pero cuánto más temprano?“, „venga a las 6.30“. eso, como ven: PUNTO. Así de simple. Hay que ir a las 6.30 a estar parada hasta las 9 o 9.30, a ver si la atienden a uno, si se tuvo la suerte, después de dos o tres días, la llaman a uno por teléfono para una segunda cita, esta vez sí con cita. Cuánto demoran en dar la visa, „eso depende“, „pero más o menos?“ pregunto, „entre 3 semanas y 6 meses....“

„Estimadas señoras, estimados senores“, así he encabezado mi mail a las embajadas de Holanda y de Bélgica, aunque no los estimo en absoluto, en primer lugar porque no los conozco y en segundo, porque estoy indignada de la manera en que me atendieron al teléfono.

Sigue escuetamente lo que les he contado, y luego
„Tengo que decirles que estoy bastante decepcionada sobre el trato que acostumbran dar las embajadas aquí a los interesados, lamentablemente parece ser considerado natural exigir que las personas vayan personalmente a cada institución para obtener la más mínima información.“

„Está claro para mí que el trámite, en caso dado, es absolutamente personal, pero creo que no es pedir mucho de una embajada que esté dispuesta a otorgar la información que uno necesita por uno de los medios de comunicación que nos ofrece la técnica moderna, es decir, teléfono, mail etc. Salvo que los requisitos cambien de acuerdo al aspecto de la persona, cosa que considero bastante improbable.“

„Antes de contactar una familia belga con una joven holandesa interesada, yo, como responsable de este contacto, necesito saber si es posible obtener esta visa, y de serlo, cuales son los requisitos y cuál el trámite a realizar, así como su duración aproximada.“

„Les agradecería enormemente me facilitaran esta información, sin hacerme ir personalmente a su sede.“

„Atentamente“
„Norma Ferrari“

No sé lo que me contestarán, ni si lo harán. He medido mi indignación para conservar la esperanza de recibir una respuesta que me sirva.

Yo me pregunto por qué aceptamos esto, por qué dejamos que nos traten con esa arrogancia. Siempre pensé que una embajada está en el país para representar a su país, y que son o deben ser amables con la gente del país en el que se encuentran. No es posible que nos traten de esa manera! Y eso que no he tenido la experiencia con la Embajada de los EEUU!

Por qué permitimos que nos traten como nos tratan, por qué no imponemos las reglas del juego nosotros. Reglas que se basen en lo razonable. Es nuestro país o el suyo? Tal pareciera que todo peruano que llama a una embajada extranjera es visto como un „pobre diablo“ que intenta ir por todos los medios a aprovecharse de alguna manera del país extranjero.

Yo nunca he sido patriota, ni lo soy ahora, pero una dosis de dignidad nos vendría bastante bien.

Como permitimos que nos traten, nos tratan