Cuando a uno le dicen vas a ver la mina, y has manejado tantos kilómetros, esperas ver algo, pero cuando llegas a un páramo y te señalan un punto lejano y te dicen ahí esta, te dan ganas de matar a Constancio, pero así es en minería, todos creen ver la riqueza. hay que trabajarla, ante la primera desilusión decidimos visitar otros yacimientos de la zona y comprobar su calidad, así que en lo alto de una montaña encontramos al Gordo Salas, quien nos mostró su carbon y comprobamos la calidad del mismo, que es igual al de toda la región
Despues de comer unas truchas rosadas y un exquisito chicharrón en Huallanca iniciamos el regreso a Barranca, llegamos a las 11 de la noche para dormir y al día siguiente partir rumbo a Chimbote
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